En 1913 la unión iberoamericana decidió meter en acto la festividad del descubrimiento de América y el 12 de octubre de 1914 se celebró por primera vez lo que conocemos como » el día de la raza».

Ésta festividad tenía como objetivo celebrar la unión y fusión de dos culturas diferentes como si las conquistas del pasado se pudiesen comparar a un matrimonio. Con el pasar de los años y el despertar de los pueblos que gradualmente han ido tomando conciencia de su verdadera identidad, en muchos países ha ido cambiando denominación y al día de hoy se le llama » día de la resistencia indígena» o » día de la diversidad cultural», » día de la Hispanidad».

Los que amamos la integridad de la historia no podemos en ninguna manera suavizar su contenido y debemos gritar a los cuatro vientos que lo que sucedió el 12 de octubre de 1492 no fue un descubrimiento pues América ya había sido descubierta por los pueblos nativos y por los vikingos, por lo cual la llegada de Los españoles se limita a una usurpación, invasión indiscriminada con el objetivo de explotar los recursos y someter a los pueblos.

En las regiones donde había una alta concentración de minerales fue donde más sometieron a los nativos a la esclavitud, como en las minas de Potosí en el sur de Bolivia, donde no bastaban los esclavos indígenas para extraer toda la plata y entre 1545 y 1625 la corona española importaba de 1500 a 2000 esclavos africanos cada año y se considera que fueron alrededor de 30000 esclavos negros los que fueron llevados en todo el periodo de la colonia.

El objetivo de los que hemos asumido un compromiso con la sociedad no es absolutamente suscitar odio contra los países colonizadores, pues sus odiernos ciudadanos no eran ni siquiera embriones que se puedan inculpar por las atrocidades a las que fueron sometidos los indígenas, sino más bien nuestro objetivo es velar por la integridad de la historia, y poder así entender el presente y ver hacia el futuro conociendo nuestro pasado, convencidos que un pueblo sin historia es como un hombre sin memoria que no recuerda ni siquiera su nombre.

Al día de hoy todavía persisten representantes de las extremas derechas que quieren disfrazar los acontecimientos,  como quien ensucia el espejo para no ver clara su fealdad y después del negro pasado quieren matar también la historia; sin embargo hoy hay muchos ojos, muchas bocas y muchos oídos y mañana será la misma historia que los castigará con todo el peso de su desprecio.

ALEJANDRO LÓPEZ

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