Si nos imaginamos en estos momentos, una mesa de póker, en un lugar sombrío, a lo mejor agreguemos algunas velas; en trono a la mesa, cinco jugadores.

Sigamos imaginando, de pié y muy tenso, el banco, el que parte y reparte las cartas, las fichas sobre la mesa, las manos de los jugadores sobre la mesa que soporta algunas copas de whisky, cigarrillos que como luciérnagas se aferran de las bocas medio abiertas y medio cerradas de los experto jugadores,  el cuarto jugador no es experto, pero no amenaza las reglas del juego.

En un ángulo de la mesa, el quinto jugador, novato ante los viejos contrincante que crearon las reglas del juego; esas reglas no contiemplan darle ventaja al huésped, todo lo contrario, el novato de ese salon de » viejos zorros «, tiene que demostrar la habilidad de ganar alguna partida con tres cartas, mientras los demás tienen cinco.

El nuevo jugador debe saber, que, la persona autorizada en repartir las cartas no es su aliado, ni complice, muchos menos colaborador; al contrario, será un árbitro que desliza cartas a los cuatro jugadores acomodados en su casa y que poseen incontables cartas bajo la manga de las camisas.

Ese es el panorama electoral en El Salvador, ARENA ya tiene su fórmula presidencial, Aída Lazo, brillante economista, pero inexperta en el juego de la política, ella no sabe, que se ha convertido en un instrumento del poder, a pasar de las revueltas internas, los inversionistas imponen sus intereses, el FMLN también por medio de un simulacro de democracia interna lograron imponer a Karina Sosa, la cúpula está felíz.

El partido electoral GANA, que era el virtual ganador por tener la llave de la victoria si lograba negociar alguna alianza con los grandes, al final, se queda solo, aislado, a lo mejor subestimó las maniobras de los bloques más fuertes, y con su formula desesperada, espera sacar esos famosos 500 mil votos para negociar en la segunda vuelta.

El partido VAMOS, se juega la carta de conquistar al voto indeciso, al Salvadoreño indignado capaz de darle el voto a VAMOS para castigar a los grandes, pero en términos de cabildeo, no tiene ni la mínima posibilidad de sobrevivir, porque Arena quiere ganar a cuarquier precio en primera vuelta y el Fmln quiere llegar a la segunda vuelta usando todos los recursos.

Y Bukele?, es el quinto jugador, incómodo, peligroso y hábil jugador, pero las reglas del juego están en su contra, todos los cálculos de ARENA Y FMLN saldrían a la perfección si logran doblar el brazo de Bukele, dejándolo fuera, la concepción del bipartidismo que reina en la cabeza de las cúpulas sería una realidad, en su juego, todo cambia, para que nada cambie.

Éste es, el macabro  juego del poder…

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