Salida por el atlántico, ferrocarriles y China en Centro América

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En estas semanas se habla en la región centroamericana del anuncio del nuevo presidente de Guatemala (Alejandro Giammattei, de tendencia neolibertal ) sobre la propuesta para El Salvador de alquilar un espacio para la construcción de un puerto en el atlántico de Guatemala.

Los periódicos troles y yuotuberos afines al gobierno salvadoreño han venido exagerando esa propuesta, como otras, el caso del ferry con Costa Rica; consideramos necesario usar la historia y el raciocinio para entender o intentar entender el nuevo contexto del comercio que se abre en esa parte del continente americano; no podemos dejar fuera del análisis al gigante asiático ( China ) que ya está en tierras y aguas centroamericanas.

Un breve recorrido por la historia resiente sobre los intentos de unificación de Centro América nos puede permitir abrir un panorama más amplio en relación en la temática del comercio e inversión en esa zona; todo se remonta  por 1950, que  por la iniciativa de Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, se entró al proceso de integración, luego se fueron sumando otros países y nacieron instituciones que impulsaban los propósitos de unificación.

De esa forma fueron desfilando los organismos sientes: CEPAL, CCE, MCCA, NAUCA, CEC, SIECA, ODECA, ICAP, INCAP, CSUCA, ICAITI, BCIE, CCC, CMCA, FECAICA, COCESNA, ETC. y otras organizaciones e instituciones encaminadas a facilitar esa integración en materia, económica, comercio, turismo, financiero, infraestructura, nomenclatura, legislatura, etc. Que empujara una zona de libre mercado y creara alianzas con otros países y bloques para importar y exportar bienes y servicios.

Que sucede en la actualidad ?

Resulta que la red de infraestructuras de carreteras, aduanas  y tramitología, siguen en lenta transformación, los proyectos de todos los Estados de Centro América y el Caribe siguen en pie, como utopías en los archivos aduaneros y cancillerías, en la actualidad, la idea de conectar esa fracción del continente con el resto del mundo ha tomado más fuerza, más allá de los gobiernos de turno, les toca a esta generación de políticos administrar las  exigencias de los mercados cada vez más agresivos.

En esta parte del editorial entra China, un imperio indetenible y con el que los bloques de poder mundial hacen cuentas, no se puede ignorar su nivel de influencia global, incluso en Europa, el proyecto de la SEDA es algo que ya se vislumbra como algo inevitable y necesario.

la RUTA DE LA SEDA China tiene sus orígenes en el siglo I a.c. con la comercialización de la seda en toda Asia, África y gran parte de Europa, el nombre de la ruta de la seda, surge a raíz de la publicación de un libro llamado » Viejas y nuevas aproximaciones de la ruta de la seda » por el escritor y geógrafo alemán Ferdinand Freherr Von Richthofen, publicado en 1877, desde la fecha, el proyecto Chino más grande conocido se está volviendo una realidad, y para el caso, como todo imperio en expansión, necesita vender y movilizar sus mercancías por todo el planeta tierra, y eso pasa incontrovertiblemente por el continente Americano, China ya tiene bases operativas en Centro América, no es una cuestión que si le guste o no al imperio USA, es el peso de la realidad económica y política.

Hoy juntemos la ruta de la seda China con la necesitad de los Estados de Centro América y el Caribe de construir, remodelar, adecuar y perfeccionar sus carreteras, puertos, aduanas, aeropuertos y tramitología según las exigencias de los salvajes mercados del neoliberalismo, entonces, los gobiernos de Guatemala y El Salvador no están inventando el agua caliente, son parte de un proyecto global, en el cual los Chino están dispuestos a pagar para poder plantar sus raíces.

El gobierno de Bukele ha prometido un tren moderno, una estación de tren que conecte Costa Rica, un puerto en Guatemala, etc. pero, la pregunta del millón es: Tiene los recursos el gobierno de El Salvador ? la respuesta es un rotundo No, pero China si posee el dinero para esos y otros proyectos, con la moda del Asocio público-privado, los Estados son los que ganan menos, no es un negocio de ganar y ganar, los gobiernos ponen una parte y la empresa privada otra, pero son las empresas privadas las que obtienen utilidades, y los gobiernos solo recolectan impuestos y administran el ejército de empelados burocráticos.

Muy a pesar de eso, la ruta de la seda es una realidad a corto plazo, lo importante es que los gobiernos involucrados sepan sacar ventaja de esos mega proyectos, esperando que no se queden en carpetas archivadas, porque el historial de inversión en los últimos años ha sido muy por debajo de las expectativas de los proyectistas, damos algunos datos.

En abril del año 2018, el bloqueo del 70% del transporte terrestre en Nicaragua dejó 700 millones de dólares en pérdidas en El Salvador, Honduras y Guatemala, resulta evidente que la expansión urbanística habitacional no va de acuerdo con el desarrollo de la movilidad vial, las ciudades se expanden y las carreteras internacionales siguen en las mismas condiciones, y se considera que para las próximas décadas la población rural será inferior a la urbana, en el 2050 el 68% de la población vivirá en las ciudades, y eso va ha traer consecuencias catastróficas, por un lado, la destrucción del medio ambiente, el consumo de agua y el trafico.

CEPAL ( Comisión Económica para América Latina ) consideró que para cumplir con las demandas de esa modernidad antagonista, era necesario invertir desde el 2016 hasta el 2030 el 2.2% del PIB nacional.

Panamá va cumpliendo esa cuota, con una inversión del 3.68% y Honduras con el 2.21%, Nicaragua 1.99%, República Dominicana 1.32%, Costa Rica 1.25%, Guatemala 1.23% y en el último lugar, El Salvador con 0.93%.

Esa es la realidad de las cosas, por lo tanto, los gobiernos actuales, el mínimo indispensable que puede hacer es estudiar la historia del regionalismo, poner los pies sobre la tierra e iniciar a derribar las fronteras, modernizar las aduanas que son cuellos de botella, agilizar el trafico en los puertos y creando rutas alternas para descongestionar las ciudades, siempre con la mente puesta en  salvaguardar el medio ambiente, un desarrollo que destruya la biodiversidad no es desarrollo, es una bomba de tiempo que desenlaza en crisis climáticas en las cuales, empresarios, gobiernos y ciudadanía no nos escapamos.

Jandres JS

 

 

 

 

 

 

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