Marabunda-Mara-Hormiga.

 

PRIMERA PARTE

 

Por:  J.S. Jandres

( Salvadoreño residente en Italia )

No podemos estudiar el Plan Control Territorial del gobierno salvadoreño y su visión de la gobernanza en general, sino pasamos por  varios filtros nuestras investigaciones, asociatividad y comparación de datos, análisis y perspectivas; para no caer en la falta de naturalidad y objetividad del editorial.

El presente editorial, que usted, amable lector tiene en tu página virtual, es creado luego de  haber dejado pasar algunas semanas del inicio de la operatividad del  nuevo gobierno, eso de nuevo hay que someterlo a discusión también.

Nuevo en qué?  El cambio de personas en las carteras o instancias del aparato Estatal del gobierno ? Cambio en el contenido de ver y hacer política? Cambio en el abordaje de los temas sobre auto-capacidad  de producción agrícola en el país, seguridad, salud, agua potable, etc.?

Es nuevo este gobierno frente al desenfrenado neoliberalismo?

No vamos a tocar las respuestas de esas preguntas, el argumento de hoy es: Ganará el  gobierno la guerra contra las pandillas ?

Para poder ir  iniciando a comprender el meollo del asunto, es necesario que usted, amable lector, dedique unos diez minutos de su sagrado tiempo para leer los antecedentes sociales que han impulsado a llegar al nivel de guerra social en la actualidad.

En 1992 oficialmente terminó la guerra civil de 20 años en El Salvador, ese mismo año inició la fase más plena de las privatizaciones y someter al Estado y la sociedad en las trampas del neoliberalismo.

Cuando terminó la segunda guerra mundial en Europa, los países vencidos y vencedores, iniciaron a reconstruir no solo las infraestructuras, no solo las fábricas con ayudas del Estado, también, se inició un proceso de juicio para una gran cantidad de genocidas, en algunos casos fueron un » show «, pero en las vísceras de la sociedad se inicio una reconstrucción del famoso » tejido social «,  eso implicaba nuevas reglas del mercado, del aparato del Estado, de la relación con los vecinos, del rescate de la memoria histórica, del reconocimiento de los grupos rebeldes que ayudaron a derrotar el fascismo y nazismo, se prohibió en las escuelas  hacer propaganda de esas extremas y ultras derechas, y muchas cosas más.

Se pusieron en primer plano los derechos humanos, los sindicatos jugaron un papel de conductores de las peticiones o reivindicaciones laborales, naciendo el »  Estado de bienestar » y el modelo del capitalismo » asistencial «, las clases trabajadoras podían vivir con cierto grado de dignidad, hasta irse de vacaciones con sus familias una o dos veces al año, comprar carros nuevos, leer  siete o 10 libros al año, etc.

Eso se llama, luego de una guerra, » POSTGUERRA «, ahora compare, amable lector, si eso pasó en El Salvador después de la guerra civil; posiblemente llegue  a la conclusión que la mayoría de cosas no se dieron en el país.

Eso nos invitaría a reflexionar, que en El Salvador no hubo » Postguerra «, y se pasó de la guerra civil a la llamada » guerra social «.

La guerra social, como producto de los mal llamados acuerdos de paz,  etapa en la cual, no se reconstruyó ni la moral, ni infraestructuras modernas, tampoco  un capitalismo moderno, se inyectó un paquete de reformas que entramparon todo tipo de desarrollo de la mediana y pequeña empresa, los únicos que siguen cosechando ganancias son las grandes empresas, monopolios y oligopolios, transaccionales; lo que es oportuno llamar oligarquía salvadoreña.

Cuando un país luego de una guerra no aplica la postguerra, cae en otra guerra por el simple hecho que el » conflicto » que provoca guerras sigue intacto.

Excepto la dictadura militar, los otros aspectos que generaron la guerra siguen intocables, ( injusticias sociales, injusticia económica, injusticia artística y la falta del despertar de la conciencia social de la mayoría de la población dentro y fuera del país ).

Las pandillas tienen orígenes multilaterales y multicausales, claro, pero se puede resumir, que las pandillas son lo que los gobiernos han hecho de ellas, es decir, las pandillas son hijas del neoliberalismo, un aborto del fracaso de todos los partidos conocidos como tradicionales, pero con el surgimiento de nuevos partidos electorales no se resuelve el problema.

No se trata que un partido electoral sea nuevo o viejo, es la práctica de su teoría la que define en el terreno si son sinceros y capaces o no.

Así de simple…

Un partido sin teoría política y filosófica es una mezcla de cosas, a lo mejor intereses de grupos de poder, pero no un instrumento de expresión del pueblo como un puente que conduce a las transformaciones que vayan extirpando el » conflicto «.

Mientras el monstruo del neoliberalismo siga suelto en El Salvador, habrá guerra, de todo tipo.

Pasemos a intentar entender que es  mara y  que es pandilla.

La palabra » marabunda  o marabunta » es un termino arraigado en la sociedad e idiosincrasia salvadoreña, dicen algunos estudios que provine de Brasil, y que significa » hormigas rojas «; dejamos algunos enlaces para que el curioso o interesado en profundizar pueda ir más allá de lo expresado.

Marabunda o marabunta, sería una  palabra no necesariamente solo salvadoreña, en toda  América Latina  es empleada en diferentes ambitos o rubros, siendo los salvadoreños los más hábiles en apoderarnos de esa palabra muy coloquial en el ambiente cotidiano.

Antes que se » criminalizara o se estigmatizara » esa palabra, » marabunda » era aplicada  a todo grupo de personas, por ejemplo, colegas del trabajo, la juventud sentada en los parques, estudiantes, etc

El diminutivo » mara »  fue visto en territorio Salvadoreño como algo normal, como decir  » grupo «, en cambio en los Angeles, Estados Unidos, era una marca de país, como sucedió con los mexicanos, los afrodescendientes, y antes que ellos,  otros.

Les presento a continuación solo tres enlaces del argumento de hoy, ciertamente que existen centenares, pero  la idea es provocar la investigación.

– Hector La Roca nos narra su versión de las » maras «.

  • Vídeo de las » Marabuntas «.
  • Trailers de la película que llegó a  El Salvador en los años 70 de la que se supone que se tomó la palabra » marabunda «, protagonizado por Charlton Heston y Eleonor parker en 1954.

 

¿Qué decimos cuando decimos “mara”?

 

 

Hector la Roca cierra su artículo diciendo, «Mara”, al ser una palabra insertada  en nuestro sistema de símbolos, designa y reproduce un orden social. Puede ser utilizada de forma inocente para designar únicamente al grupo de amigos, gremio o parientes; puede significar reivindicación cultural en los Estados Unidos; pero también puede utilizarse para equiparar seres humanos con una plaga de hormigas «.

Luego, los investigadores nos estamos poniendo de cuerdo en la periodización del paso de » maras » en  » pandillas «, es decir, desde 1992 hasta 2002,  fase en la cual, las » maras » montaron su base estructural a nivel internacional, en ese periodo, las » maras» pasaron de pedir » coras »  en los puntos urbanos populosos y el control de los territorios, que implico una guerra entre » maras »  con » trabucos, pistolas y piedras » para asegurar las zonas bajo su control y pasaron  a  la » extorsión» como se conoce hoy, compra de armas de guerra, secuestros, reclutamientos, etc.

Del 2002 hasta nuestros días, las » maras » luego de ser un grupo hijo  de la guerra  se convierten en » grupos organizados » a nivel internacional, con reglas del juego claras y con poder real en lo económico, militar y político; negociaron con los partidos electorales, mutaron ante las medidas de » mano dura y súper dura»,  realizaron la » treguea » en la cual salieron fortalecidos y con alto grado de acuerdos entre ellos.

Logrará el gobierno actual  en cuatro años, cambiar la idea de » mara  y pandilla » surgidas hace 27 años ?

No se pierda la próxima entrega…

 

 

 

 

 

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