Tomado de la web.

Por:  J.S.  Jandres

Parece algo salido de un cuento de ciencia ficción o  de fantasía, sin embargo, es ciencia, hablamos de los avances de la física cuántica.

Todo inicia al conocer la composición de un átomo, y las reveladoras pruebas que los electrones pueden unirse a otros átomos, y de esa forma, trasladan información, es como parte de teoría de la súper posición, en la cual, una partícula puede estar en dos lugares al mismo tiempo, es decir,  los elementos que conforman el átomo son un conjunto de materia y anergía, es materia cuando se observa  y es energía cuando deja de observarse.

 

 

La física cuántica estudia y experimenta con lo ultramicroscópico, y luego de las pruebas en el laboratorio, en los cuales, se comprueba que una partícula puede desplazarse más allá de la velocidad de la luz, y que toda la materia del universo está conectada entre sí, llegamos a la conclusión que los átomos, electrones, protones y neutrones son elementos cargados de información, al mismo tiempo, son universos paralelos en miniatura.

Eso implica que si los electrones viajan de átomo en átomo, significa que pasan de materia en materia, de cuerpo en cuerpo, eso abre la teoría que los electrones pueden ir cargados de emociones de empatía o antipatía, esa información se metaboliza con la masa corporal y viaja a través del cuerpo en forma de ondas.

En ese caso, cada día intercambiamos millones de electrones con las cosas o personas que nos rodean, al no darnos cuenta, esas descargas de electrones viajan en forma de onda o vibraciones y penetran en todo el cuerpo, cuando se cruzan las miradas de dos personas, no solo interactúan a nivel atómico, también, los electrones intercambia información de coincidencia o rechazo, a lo que le podríamos llamar agrado o desagrado.

 

Eso se podría llamar » la chispa del amor «, en flujo de ir  y venir de electrones cargados logra que se desarrolle la ley de atracción o rechazo, y podría abrirse el campo de la  simpatía y equivalencia, en este caso, podría decir que el » amor » no es solo químico, es también » eléctrico «, o mejor dicho, los electrones podrían incentivar los » fluidos químicos » de coincidencia emotiva y psíquica, naciendo de forma espontanea, » el agrado » y la » necesidad biológica » de seguir interactuando a nivel atómico, sin entran en lo inmediato a un desarrollo pleno del » amor «, sería, a nivel psíquico/emotivo los primeros chispazos de atracción mutua o reencuentro del alma gemela.

La onda expansiva de los electrones produce que los núcleos de los átomos se transformen, en varios tipos, que a su vez, sufren otras metamorfosis, de esa manera, la materia, incluidos los seres humanos, nos transformamos constantemente, y no solo interactuamos con otras personas, también con animales y planetas, dicho de otra forma, nada está aislado en el universo.

 

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