El Salvador se prepara para enfrentar otro encuentro electoral, todos los partidos electorales que van a participar están afinando la puntería; Arena, Fmln y Gana son los partidos electorales que se han dedicado por meses en seleccionar sus dirigentes, afiliación e inician las competencias para las candidaturas en Consejos Municipales y Asamblea Legislativa.
La radiografía de las últimas encuestas ubican al partido electoral Nuevas Ideas con la delantera, aún sin estructura formal, sin dirigentes democráticamente elegidos, sin afiliación, carente de un proceso de elección interna para seleccionar sus planillas, etc. No obstante, siguen estando arriba.
Pero en todo este alboroto de los preparativos hacia los próximos comicios, encontramos, inevitablemente, el tema del voto desde el exterior.
El decreto emitido por la Asamblea Legislativa en el proceso anterior, dejó como resultado un mal sabor en los votantes en el extranjero, no cabe duda que el mecanismo usado es obsoleto, sin querer insinuar que existen partidos electorales que les conviene evitar a cualquier precio que se vote masivamente desde fuera de El Salvador.
El calendario electoral corre y la Asamblea Legislativa tiene poco tiempo para legislar al respecto, sobre todo, porque es un mandato de la Sala de lo Constitucional; en esta ocasión se deben abrir los espacios democráticos para que los millones de ciudadanos salvadoreños fuera de nuestra patria podamos participar fácilmente.
También es un deber, obligación y un gesto de respeto, que la diáspora en el exterior, que mantenemos el engranaje de la economía líquida en el país, seamos vistos con los mismos derechos que los compatriotas que viven en el país.
Sin embargo, tengo la impresión que una vez más, Arena y el Fmln, valiéndose que en esta legislatura son la mayoría, pueden obstaculizar ese derecho o crear un decreto inaplicable, más allá de las voces de protestas.
En la altura tecnológica que estamos llegando, ya es cavernícola hablar de enviar papeletas al salvadoreño radicado en el exterior, la voluntad política es el motor que mueve la eficiencia y el respeto hacia aquellos ciudadanos y ciudadanas que sin importar su estatus migratorio, sean partícipes de la ampliación de la democracia.
De eso se trata, que un Estado moderno no puede darse el lujo de dejar fuera a los sectores sociales que le dan de comer a un país, gracias a las remesas que recibe El Salvador, se evita, involuntariamente, que colapse la economía, por lo tanto, poner de pretexto que el voto desde el exterior tiene un costo presupuestario elevado, es evadir las responsabilidades políticas, desobedecer a la Sala e impedir la instauración de la democracia participativa.
El voto electrónico, dentro y fuera de los países, es algo sumamente barato y garantiza que desde cualquier rincón del país se puede ejercer ese derecho, y para la diáspora, sería la señal que El Salvador quiere avanzar.
Las sospechas que tengo, se centran en la tardanza y desinterés de las fracciones legislativas en acelerar el paso para llevar al pleno un proyecto de ley que cumpla los requisitos requeridos.
Pero eso va mucho más allá, sospecho que los partidos electorales tradicionales, tienen la intención real de negar o impedir que se cumpla la sentencia de la Sala, que incluye, las candidaturas desde el exterior.
Bien sabemos que los partidos electorales Arena, Fmln y Gana, saben, que dentro del país no poseen una correlación de fuerzas suficiente para sacar la misma cantidad de diputados actuales, y el exterior, para estos partidos dinosaurios, el terreno es movedizo, y abrir la democracia con las candidaturas desde el exterior, implicaría caer en un pantano.
Para el partido electoral Nuevas Ideas el camino no está fácil, si bien es cierto que sacaría un buen pelotón de diputados, por otro lado es evidente que el oportunismo y demagogia ya entró en su casa, el juego de ganar los diputados suficientes para obtener la mayoría calificada, es una espada de doble filo, porque dentro de las filas de Nuevas Ideas vemos oportunistas sin escrúpulos, dentro y fuera del país.
Si Nuevas Ideas le apuesta a la cantidad y no en la calidad de funcionarios, se puede ir convirtiendo en más de lo mismo, y para completar el razonamiento, puedo inferir, que si en Nuevas Ideas no aclaran sus ideas, terminarán en las garras del fanatismo colectivo, votando por personas no idóneas con el pretexto de derrotar a los adversarios.
El fenómeno Nuevas Ideas se irá poniendo a prueba en la medida que pasen estos eventos electorales, es un desafío enorme, mientras tanto, los héroes que salvan la economía de El Salvador, es decir, las masas de trabajadores salvadoreños en el exterior, seguimos preparados para aportar una transformación real en el país, esperando que la actual generación de políticos que conducen El Salvador, sepan entender los nuevos tiempos.
El voto desde el exterior y las candidaturas desde el exterior es una deuda política pendiente, de no cumplirse, sería una ofensa a la inteligencia colectiva y la prueba, que nuestro amado país está condenado a la dictadura democrática que favorece a grupos de poder y no al pueblo.
Jandres J. S.
Escritor y periodista comunitario residente en Italia.