El día domingo 20 de agosto, los guatemaltecos regresaron a las urnas para determinar quién será su nuevo gobernante. Ganando con un 58% el hijo del ex presidente Juan José Arévalo, Bernardo Arévalo. Vamos a ver esto de una forma más objetiva y filosófica.

Recordando la historia, en 1944 se celebraron comicios electorales luego de 14 años (circa) de dictadura de Jorge Ubico y Ponce, después de la revolución del 20 de octubre de 1944. Juan José Arévalo arrasó en las urnas. Hizo cambios estratégicos y se rodeó de gente que quería trabajar para una mejor Guatemala. Entre todo lo que hizo está: poner el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), el Ministerio de Trabajo, así como el código de trabajo, quitó los latifundios, fundó las escuelas autónomas circulares tipo federación, se “salvó” de 43 golpes de estado, las grandes empresas y monopolios como la United Fruit Company lo veían con recelo viéndolo como el “demonio comunista”.

El acabose en Guatemala fue, durante el gobierno de Jacobo Arbenz que, en 1953 promulga la reforma agraria, instaura los servicios básicos para la población completa, específicamente, las zonas más desprotegidas, los campesinos marginales, creó el banco de crédito agropecuario para que los campesinos tengan dinero y créditos para trabajar las tierras, expropió las tierras ociosas y las puso a trabajar. Si Juan José Arévalo era tachado de comunista, siendo socialista, Arbenz era visto como el demonio comunista siendo capitalista. 

Luego del golpe de estado de 1954 propiciado por Carlos Castillo Armas, las campañas de miedo que los hermanos Dulles hicieron, la falta de armas para defenderse del enemigo que les asediaba, debilitó cada vez más la democracia en Guatemala. El exilio fue la única salida, pero, aun así, no pudo vivir en paz. En la década de 1960, un grupo de insurgentes aliados de Arbenz se atrincheran y empieza la guerra civil. Una forma que el pueblo tiene de elevar la voz.

Con el gane de Arévalo, primera vez que ganan la silla presidencial padre e hijo, el pueblo guatemalteco demostró quien tiene el mando. Pero hacen falta dos dedos de la mano que tiene cinco: el rumbo y visión, y el concepto de la política, la visión conjunta de país que se tenga. Teniendo claro esos dos puntos esenciales, quede quien quede, hará un buen gobierno, sea del bando que sea.

Bernardo Arévalo, aunque nació en Uruguay por el exilio de sus padres por el golpe de estado perpetrado a Jacobo Arbenz, tiene la ventaja de contar con la doble nacionalidad, ya que estos países, Uruguay y Guatemala tienen en sus leyes la multi nacionalidad aprobada.

Bernardo Arévalo tiene la oportunidad de rodearse de los mejores elementos, en medio de un tanque lleno de pirañas. Tiene en sus manos, no cambiar el destino de Guatemala, ya que eso no se logra en cuatro años, pero si dejar sembrada la semilla del cambio que esta está pidiendo, ser recordado como la mejor opción que no copia los modelos de otros países. Su trabajo tanto en el CIRMA, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en la embajada de Guatemala, al menos lo que se conoce, es algo de admirarse y de resaltar. Le toca un camino amplio y arduo. Fortalecer la educación que es un pilar importante y fundamental para que un pueblo se desarrolle, seguridad, hospitales dignos con buena medicina, lo demás, aunque es importante, no es tan urgente como estos tres.

Llegará el momento, como lo soñaba Platón, en que los más aptos, los filósofos, tomarán el poder, no por la fuerza, sino por la razón, porque son los más aptos para gobernar ya que han aprendido a gobernarse. Tal vez nunca lo veamos, y lo verán nuestros descendientes, uno nunca sabe, pero si lo logramos ver, espero que no sea demasiado tarde.

Claudia Figueroa.

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