Imágen tomada de periódico PRENSA de Chile

( Imágen tomada del periódico LA PRENSA, de Chile )

Es una pregunta recurrente, no está demás subrayar los acontecimientos en desarrollo en Honduras, Chile, Ecuador, Bolivia, El Salvador, etc.

Si tomamos al azar algunos escenarios, por ejemplo Honduras, cuyo presidente, Juan Orlando Hernández  está viviendo estos días con el 80% del rechazo de la población, incluyendo las y los votantes que le dieron su apoyo en las urnas.

Honduras es un claro ejemplo para el resto de presidentes y gobiernos, de lo que no se debe hacer, es decir, permitir que su familia entre en los negocios ilícitos, para el caso, el narcotráfico, eso, se quiera o no, salpica toda imagen de los gobiernos, y es difícil hacerle creer a la gente del desconocimiento de esos negocios en familia.

Como se dice en los actuales tiempos, lo que vemos, los comunes humanos en Honduras, solo es la punta  del aciberg, pero a la base de ese escándalo tenemos que reconocer, la sociedad podrida, la clase política gobernante en estado de putrefacción, y de esto no se escapa el gran empresariado, corporaciones internacionales y una amplia red de profunda corrupción en las estructuras a todo nivel en los tres órganos del Estado.

Por fortuna, el pueblo Hondureño consciente de su rol histórico, se toma las plazas y calles para exigirle al gobierno que renuncie si aún le queda una gota de dignidad, los movimientos populares están pidiendo a gritos elecciones anticipadas, pero no solo eso, un viraje al modelo de economía de mercado y la conquista de una democracia participativa, al mismo tiempo, que el Estado se haga cargo de los muertos, heridos, desaparecidos y torturados en manos de las fuerzas represivas subalternos del gobierno.

Las personas que han perdido la vida en Honduras en el marco de las protestas, merecen ser llamadas próceres de la patria, porque han sido seres que creyendo firmemente en sus ideales, ofrecieron sus vidas.

Chile, un país con élites económicas con grandes influencias a nivel mundial, un estabilsment marcado desde la dictadura de Pinochet, y en estas semanas vemos regresar el lejano 1974, inicio de un régimen dictatorial sin precedentes, injertando el neoliberalismo que se comió todos los bienes del Estado, y luego, al llegar gobiernos de corte socialdemócrata, no lograron reestablecer el Estado de derecho y siguió fraguando un camino accidentado el Estado del mercado, que impuso su visión de mundo del que compra y del que consume.

La calidad de vida de la población fue bajando nivel, mientras la oligarquía se enriquecía más  y más, esa crisis del conflicto fundamental, la brecha entre ricos y pobres, la vemos explotar con el intento de aumento de los boletos de la metropolitana, abriendo ese descontento, la gente tomó valor y se tomó las principales ciudades, no faltaba más, para muestra un botón, el costo para cada familia que envía a la Universidad a un jovencito ó jovencita, tiene que desembolsar 300 dólares, con salarios de 500 dólares y pensiones menos de 300 al mes; siendo ese el panorama verdadero, extraído de la realidad,  podemos inferir, que las luchas sociales en Chiles es lo mínimo que se tienen que hacer.

El agua le llegó al cuello a la gente, y el gobierno reaccionó de la forma más brutal, y siempre señalamos que los muertos son héroes y que el Estado por medio de las estructuras que deberían impartir justicia, el congreso y el ejecutivo, tienen que asumir su responsabilidad histórica e intentar mediar e indemnizar las familias que luchan por un Chile diferente, es justa y necesaria la lucha de los pueblos organizados.

Pasemos a Ecuador; considero, que una de las victorias más significativas de este mes, es la demostración de humanidad de los pueblos indígenas de Ecuador, primeros protagonistas de la resistencia organizada,  luego, por fortuna, otras categorías de la sociedad se sumaron, logrando doblarle el brazo a Moreno.

Pero esa victoria no es suficiente, si bien es cierto que la lucha del pueblo de Ecuador logro detener las amenazas del paquetazo de reformas económicas, también es cierto que el desafío es tumbar el gobierno actual, entrar en la cancha político-electoral, ganar las votaciones y darle un viraje al modelo económico en el país, solo así, se tendría la garantía que el neoliberalismo no vuelta ha golpear, de lo contrario, se corre el riesgo que se vuelvan ha repetir ese tipo de enfrentamientos.

En Bolivia lo que estamos viendo es un claro intento de golpe de Estado, en el peor de los casos, las élites económicas dominantes, con el apoyo de la OEA, podrían imponer un gobierno paralelo, no sería extraño que algún líder de las derechas se autoproclame presidente en algún Meeting, al estilo Venezuela.

Los golpes que están recibiendo las derechas en Ecuador, Chile, Honduras, Haití, Argentina, etc. Son vistas por los aliniados al bloque ultraderechista de América Latina, como algo intolerable, por lo tanto, desequilibrando la región lograrán, según ellos, distraer la mirada y perpetuar gobiernos que expolien aún más a las poblaciones.

Pero, es de resaltar con toda franqueza, que los gobiernos de Evo Morales han sufrido un desgaste, algunos llaman desgaste natural, pero de natural no lo sé, porque si un grupo gobernante satisface las necesidades básicas y abre una constante en la redistribución de las riquezas y una recaudación de impuesto equitativa, es decir, que los ricos paguen más y los pobres menos, entre otras cosas, no tendría que importar el tiempo cronológico.

Cierto es, que los gobiernos de Evo, han intentando embellecer el capitalismo, sabiendo que es incompatible un modelo económico de justicia social con el voraz mercado del consumo capitalista, a la base del desgaste de esos gobiernos que se llamaron en su momento progresistas, encontramos a la base la burocratización de los cambios y reformas, el acomodamiento se la clase gobernante y el no desmontaje del neoliberalismo, en esa dirección, el denominador común es el mismo, el conflicto entre los pudientes y los que no tienen nada, a pesar de los programas asistencialistas y subsidios.

Es claro que muchos se hacen la pregunta: Es mejor el modelo de gobierno de Evo o el regreso de los banqueros al poder político?

La respuesta podría estar en hacer una reingeniería en los movimientos sociales progresistas, crear una nueva teoría económica, cambio generacional, combate real a la corrupción, modernizar el Estado y activas un crecimiento constante de la industria y agricultura.

Solamente eso podría darle vida al proyecto de resistencia cultural, de lo contrario, el modelo agotado de Evo seguirá embelleciendo el capitalismo o sufrirá un golpe de Estado, abriendo una crisis política con graves consecuencia y daños colaterales irreparables, es decir, muertes, heridos y violación  a los  derechos civiles.

Por ultimo, hablemos de El Salvador, es de todos sabido que la intención del actual gobierno es modernizar el aparato del Estado, dinamizar el capitalismo y satisfacen ciertas demandas del pueblo.

En los cinco años de gobierno o del clan Bukele se espera tocar los temas: La canasta básica, el agua y medioambiente, reducir las pandillas, etc.

Mientras el presidente Bukele logre seguir alargando el  TPS, resuelva el problema del agua, minimice el accionar de las pandillas, logre con su viaje a China hacer que el gigante de Asia construya el tren, el aeropuerto y el barrio donde vivirían los trabajadores, etc. En esa medida, la gente se dará por satisfecha, y nadie se pondrá  a pensar si el capitalismo modernizado y dinamizado es la solución a largo plazo.

El problema principal en El Salvador es la muerte del pensamiento crítico, es decir, es preguntarnos que tipo de país queremos, y a cual precio.

Esta claro y a todas luces entendible que las otras derechas en el país han fracaso, Bukele y su clan empresarial es el aire nuevo del capitalismo, con una visión más concreta, y se ve, que es un gobierno pragmático, hace las cosas, teoriza poco, estudia poco, pero está poniendo a trabajar al ejército de empleados; no se descarta la corrupción, que está en la cabeza de muchos, incluso gente dentro del gobierno, por ejemplo los negocios que ya se inician hacer con la importación y exportación de El Salvador hacia Europa, aprovechando los vínculos de gobiernos, ciertas personas han sacado el oligarca que llevaban dentro,  han usado un proceso político para hacer negocios personales, a eso y otras cosas, le venimos llamando, oportunismo.

Los grandes desafíos: Reducir al mínimo las pandillas, costo de la vida, migración, salud y modernización del Estado, medioambiente y rescate de la agricultura alternavita.

La gente esta despertando en el tema electoral, y la población no quiere medidas tapa hoyos, las masas piden a gritos cambios y transformaciones reales, que no bastaran cinco años, pero sí, se podrían sentar las bases firmes.

Estos estudios son como las novelas por capítulos, seguiremos mirando de cerca los acontecimientos de la región.

Las luchas de los pueblos seguirán siendo cíclicas en la medida que las causas que provocan las protestas no sean resueltas.

Jandres J.S.

Escritor y poeta salvadoreño

Residente en Italia.

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