Crisis: Oportunidad para pensar y crecer.
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Para muchos, hablar de crisis representa algo negativo, desastroso, apocalíptico, etc. De hecho, la RAE define esa palabra aplicada en varias áreas de la vida; en lo artístico, en la salud, política, economía y otras más, siempre en sentido de dificultad, de algo brusco, grave o transición.
Si embargo, quiero darle una interpretación, que si bien es cierto no niega el concepto clásico y aceptado, pero lo enfoco con aristas; imaginemos que la crisis es una línea geométrica, que al encontrarse con otras crean formas, tipo el rombo, pues cada lado del rombo son puntos de vista de la crisis.
La interpretación social que hago es que las crisis no son malas ni buenas, son un punto de quiebre antes de cruzar un puente, por ejemplo, nos preguntamos; El coronavirus en El Salvador creo una crisis sanitaria ?, muchos dirían » claro, es obvio»; y es relativamente cierto, dado que en nuestro querido país, la salud ha sido siempre un conflicto entre el gran capital con sus ganancias y el bienestar de la población, a premiado la ganancia privada del gran capital, eso es así por el modelo capitalista del país, no digo que el fracaso de la red de salud en El Salvador sea culpa de la oligarquía, lo que planteo es que la salud en el país siempre ha estado en crisis, caso contrario, no nos hubiera tomado por sorpresa el virus, impreparados aún sabiendo que iba a llegar; la culpa no es de los empresarios, proque la economía capitalista se mueve en un lógica bien definida, el mercado tiene sus leyes, eso explica la razón por la cual se privilegia el desarrollo de lo privado contra el desarrollo de lo público.
Los ciclos productivos del capital evolucionan en espiral ascendente en la media que se obtiene ganancia, no en un mercado armonioso como dicen los ideólogos clásicos del capitalismo, sino, en lucha constante y caníbal por ganar el terreno de venta de otros; muchas veces las corporaciones trasnacionales crean crisis planificadas, caos controlados para reajustar el mercado, en esos casos, son crisis necesarias para iniciar otros ciclos productivos en medio de una guerra permanente entre las fracciones del mercado.
Hay que diferenciar crisis de mercado con crisis económica, y también las pérdidas que podrían estar obteniendo en El Salvador el gran empresariado y la crisis económica que están viviendo millones de personas en el país, ya sea por la pérdida del empleo o por no ir a vender sus productos por las plazas y calles.
Para el caso del gran empresariado o gran capital salvadoreño, el que miles de trabajadoras y trabajadores hayan perdido sus empleos, es una buena noticia, y esto no es crueldad de parte de la oligarquía salvadoreña, es esencia pura del capitalismo, cuya teoría y práctica, los desempleos son los mejores momentos para iniciar nuevos ciclos productivos que prometen obtener grandes ganancias, en esa lógica del capitalismo, los más de 64,600 personas registradas en el ISSS que perdieron su trabajo en abril, denota y subraya, que la crisis de esas personas no es crisis para las empresas porque se ahorran dinero y compromisos fiscales.
Por eso siempre he dicho que hay varias economías que viajen en diferentes velocidades.
En el caso de la fase del coronavirus en el país, el Estado se ha tenido que asumir todas las responsabilidades de atención mínima de la población afectada, la empresa privada simbólicamente está entregando víveres también, y centenares de ciudadanas y ciudadanos solidarios, ONGs, etc. pero principalmente el Estado, una situación nueva que le permite al gobierno moverse con soltura en las licitaciones y rendición de cuentas, cada sector intenta sacar la mejor ventaja política de la crisis.
Sumado al coronavirus nos enfrentamos a las tormentas Amanda y Cristobal; eso no significa que la naturaleza sea mala, y es feo decir que sea castigo divino o pruebas de Dios, no, en mi forma de pensar, la naturaleza acciona y reacciona, se expresa y crea también sus crisis para poder reacomodar sus fuerzas, las tormentas no son culpables de los derrumbes de los paredones e inundaciones en las viviendas, los culpables son los gobiernos que han permitido que la empresa privada construya sin criterio científico y sin tomar en cuenta la naturaleza, eso vale también en las infraestructuras públicas; hemos visto con tristeza la cantidad de basura que arrastró las embravecidas aguas por calles, ríos y quebradas, se comprueba una vez más la inadecuada red de cañerías, la falta de una ingeniería de la distribución de agua potable, la falta de planificación urbanística para la población pobre, porque casualmente, las mansiones y residencias de los acomodados económicamente están bien construidas y no sufren de falta de agua potable, ni se rompen las cañerías de aguas negras.
Para no extenderme en este tema, proque podría escribir muchos más, sin embargo, lamentablemente cada día se lee menos y no hay motivación de parte del Estado para que la gente lea artículos de análisis, puedo ir cerrando con algunas premisas que no las dejo en piedra, más bien son reflexiones.
El Salvador vive una crisis en varias cosas y fases muy interesantes; en esta cuarentena espero que estemos estudiando y no dejemos de aprender, espero que estemos creciendo cada vez más como persona; las cosas no le están saliendo como lo pensaban los ideólogos del gobierno actual, el coronavirus y las tormentas le han dado un giro a sus planes, la gente está quedando más pobre económicamente, la asistencia de parte de Estado y entes privados serán necesarias a los largo de los cuatro años que le quedan al gobierno, la idea de impulsar una clase media para el consumo es algo que se aplaza por tiempo indefinido, en todo esto, las grandes empresas van ha obtener más ganancias y contratar al personal estrictamente necesario y siempre con salarios precarios y contratos » flexibles», es decir, neo-esclavitud en tiempos actuales.
Por el lado político, los cinco años de gobierno del clan Bukele va permitir la reducción a la mínima expresión a los partidos electorales que impulsaron el bipartidismos ( Arena y fmln ), y sus crisis son cíclicas, ellos ( Arena y fmln ) no están viendo sus crisis internas como palanca para transformarse, al contrario, siguen agujereando sus barcos con espero, haciendo más veloz sus derrumbes electorales, pero los empresarios de esas compañías no están en crisis, solo cambian barco.
Por ejemplo, la oligarquía salvadoreña hace mucho tiempo que comprendió, es posible que desde 1992, que podían tener dos partidos trabajando bajo el mismo interés, de esa forma, invirtieron en el fmln, arena ha venido siendo el partido taxi por excelencia de la oligarquía, pero ellos no tienen partido, ellos ( la oligarquía ) hacen negocios, no tendría nada de extraño que ya estén invirtiendo en el partido electoral Nuevas Ideas, por lo tanto, que muera Arena y el Fmln es algo irrelevante para los más ricos del país.
La actual crisis salvadoreña es la gran ocasión para empresarios y políticos que están entrando a la nueva cancha, los viejos jugadores van a seguir en las contiendas pero a paso lento, mientras el capitalismo en El Salvador no da muestra de modernizarse, al contrario, parece que las leyes del mercado neoliberal se harán más presentes, en un país empobrecido y de hábiles jugadores en la política.
Para la gente pobre se vienen años de amarguras y masivas migraciones, para la diáspora la cosas no es muy diferente, sin embargo, luego de estos nubarrones políticos y acontecimientos, veremos, entre algunos años, el fin de una historia, la historia de la guerra civil y los 30 años después, en la era de la falsa paz en El Salvador, lamentando, que la falta de postguerra y el poco interés de la juventud en conocer la historia, por lo menos, la guerra civil, abrirá otra ventana, en la cual, las causas que provocaron esa guerra todavía existen, se va ir comprobando, que el conflicto fundamental sigue, y no solo eso, a excepción de las dictaduras militares, hoy se está profundizando la dictadura del mercado y el reino del desinterés por comprender la historia.
Jandres Js
( Salvadoreño residente en Italia )