La alegría era inevitable para miles de salvadoreñas y salvadoreños que le dieron seguimiento minuto a minuto al acto de traspaso de gobierno.

Decenas de grupos en la diáspora se concentraron para ver la conclusión de una de las etapas en la hoja de ruta del proyecto político llamado Nuevas Ideas en todas sus variantes, versiones y ramificaciones.

En el 2009, la cúpula del fmln y el círculo cerrado de Mauricio Funes, vendieron el producto que llegaría el cambio en el país y que con la guía espiritual de Monseñor Romero ( San Romero ) todo iba a mejorar.

Cinco años después vuelve a ganar, » raspado «, el fmln con la misma retórica del gobierno del pueblo y para el pueblo, una demagogia que se fue desenmascarado en menos de lo que canta un gallo, el proyecto de la cúpula del fmln se desinfla a mil por hora, y ellos no se dan cuenta.

Terminó el uno de junio la gestión de Sánchez Ceren, y la reputación de su equipo de gobierno no es de lo mejor, de hecho, es el gobierno saliente peor evaluado de los últimos años.

De inmediato, el día dos de junio, los nuevos administradores del poder ejecutivo se dan cita en Casa Presidencial para el primer bosquejo, las ministras y ministros recibieron la advertencia de » puro formalismo » que si no trabajan según su visión, serán sustituidos.

Todo el protocolo de traspaso, asignación de funcionarios, de métodos administrativos con el toque personal del nuevo presidente, es parte de la maquinaria burocrática del Estado, eso es así y tiene que ser así, no es algo que sorprende.

Los ex-emisarios de NI que se están lamentando por  algunos nombramientos hechos por Bukele, lo hacen básicamente por haber quedado fuera de la repartición del pastel; el presidente ha asignado a los funcionarios que él considera que le van a servir en sus planes, y los va quitar en el momento que considere que ya no le son útil o por su pésimo desempeño, hay que recordar que los titulares de los ministerios son empleados del presidente, no actúan con su propia cabeza, las líneas políticas se las imponen desde arriba y al presidente le dan orientaciones del  imperio USA y la élite oligarquica que está queriendo hacer negocios con él,  ellos  pondrán en claro sus intereses.

El gobierno seguirá estando al servicio del mercado.

En los dos meses previos al evento publicitario del traspaso, Bukele tuvo pendiente a la gente cada semana en el lanzamiento de sus » figuras de súper estrellas » en los ministerios, esa noticia era para las masas, pues todo el mundo nos dedicamos a evaluar, cuestionar o admirar esas asignaciones.

Mientras tanto…

Bukele, a lo mejor, se dedicaba en afinar acuerdos de negocios con sus amigos empresarios y empresarios de la oligarquía, que serán, los qué, por los vientos que soplan, los que  tendrán incidencia en la visión filosófica del nuevo gobierno, cuyos primeros pincelazos ya los vimos.

En términos de geopolítica y la envenenada guerra de conquista de mercados por las potencias ( China-USA ), y frente a premisas de las ciencias económicas, sociales, históricas y antropológicas que USA perderá esta guerra global y espacial, frente a la inminente derrota del imperio » gringo «, Bukele, envía señales de abrazar las ordenes que emite la Casa Blanca.

Es evidente que el fmln en sus 10 años de gobierno hicieran lo mismo, se arrodillaron frente a USA para recibir  el FOMILENIO y fondos para detener la migración en el área que han llamado triángulo del norte, pero también, el fmln, le abrió las puertas a China, que bien sabemos que esa potencia Asiática y claramente capitalista, posee mega proyectos para mover sus mercancías, como la » ruta de la seda «.

No se trata de estar o apoyar a la potencia ganadora, más bien, de hacer respetar la soberanía en lazos de cooperación y negocios en clima de respeto mutuo; ciertamente El Salvador empobrecido, saqueado y vapuleado por todos los gobiernos anteriores, se encuentra en posición de desventaja, y los imperios saben, que estos países satélites necesitan recursos para ir sobreviviendo año con año.

Las luces que logramos percibir, tiene que ver con el hecho  que el nuevo gobierno puede estar pactando acuerdos  de cooperación con empresarios de la oligarquía salvadoreña,  y eso no tiene nada de extraño, porque el nuevo gobierno que lidera Bukele es nuevo en la medida que es otro grupo gobernante, pero es continuativo porque los mismos lazos de negocios que han existido desde 1992 se mantendrán, no estará toda la oligarquía tradicional, pero ambos se necesitan para que las metas del nuevo gobierno, de modernizar el aparato del Estado se cumpla.

Lo que va a continuar: El modelo neoliberal, dado que en  el desmontaje no basta con detener las privatizaciones, sino, en una avanzada  cultural, en ese tema, la población aún no termina de asumir un compromiso decisivo contra la ideología fracasada de las derechas y la pseu-izquierda ( fmln ).

Lo nuevo: El estilo de administrar el aparato del gobierno, la forma de administrar las nuevas deudas, el modo de explicar la narración de la felicidad; porque en el área de la economía podría mejorar, la salud y educación con carreras universitarias que le sirvan al gran capital ( los neo-esclavos ), pero si el tema de las pandillas sigue golpeando la realidad cotidiana de la gente, eso puede determinar otro descontento generalizado.

Jandres J.S.

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