EN LA ZONA ROJA DE ITALIA

Soy salvadoreño residente en la provincia de Milán, trabajo en una de las zonas industriales; la vida transcurría con serenidad en vísperas del inicio del fin del invierno.

Sin embargo, algo disturbó la atmósfera de serenidad y la rutina de la vida diaria. Veíamos lejos la China, preocupados por la velocidad con la que se expande el Coronavirus, nunca nos imaginamos que se podría convertir en una emergencia nacional en Italia.

El sistema de salud, la red de atención hospitalaria, la calidad de los tratamientos médicos son algo de lo que está orgullosa Italia, la sanidad es pública, en manos del Estado y funciona bastante bien, por lo menos eso constatamos en el norte de la península.

El  21  de febrero del presente año,  nos cayó como un rayo la noticia del primer caso, un joven de 38 años residente en la localidad de Codogno, honestamente era primera vez que escuchaba ese pueblo, de unos 16 mil habitantes y a unos 60 kilómetros de Milán.

No me causó sorpresa el primer caso, sin embargo, me puse a pensar en las medidas de controles que estaría realizando Italia; mi curiosidad aumentó cuando decretaron zona roja cuatro ciudades de esa zona, y  Lombardia fue nominada zona amarilla.

Todo de golpe, el sábado se conoció el caso de Codogno y domingo todo cambió, lo corroboramos cuando decidimos ir al supermercado a comprar agua, nos llamó la atención que algunas góndolas estaban casi vacías, sobre todo la zona de la pasta, agua y otros productos de primera necesidad.

Primera vez que realizamos una cola interminable en las cajas para pagar, la gente guardaba casi silencio, pero se presentía en el ambiente una tensión helada, como si se tratara de una declaración de guerra.

Las restricciones iniciaron a imponerse en la medida que aumentaban los casos de infectados, y a mancha de leopardo por otras ciudades, iniciaron las estadísticas a subir,  el 27 de febrero se contaban 400 contagios y 12 muertos, decenas de personas en cuidados intensivos y aumentaban los sospechosos.

En una semana mucha gente inicio a especular, muchos medios nacionales e internacionales iniciaron a vender noticias apocalípticas de Italia, el primer día que el gobierno acepto la entrada en Italia del virus, subió el alarmismo de masas y bajaron las bolsas de valores de Milán, en una economía bajo fuego de una recesión silenciosa.

El 7 de marzo el Ministerio de la salud publicaba una especie de boletín de guerra: En el territorio nacional 3916 casos positivos, curadas 526, muertas 197, 462 en curados intensivos y 1060 en aislamiento domiciliar.

Con esas declaraciones inicié a postear en mi muro de Facebook los llamados a la calma de nuestra diáspora en Italia, las noticias de alarma, de terror e incertidumbre iniciaban a colar en la mente de muchos, y en estas semanas me ha tocado comprobar que el pánico es un mal acompañante en tiempos de epidemias, guerras o desastres naturales.

Ya pasaron 29 días del coranavirus en Italia, declarada alerta amarilla en todo el territorio y zona roja toda la lombardia, corazón de la industria del país, que junto a la región de Veneto, son el  principal motor de la economía, paralizarla implica pérdidas incuantificables y daños irreversibles para la importación y exportación; por eso el gobierno se ha demoró algunos días antes de decretar el bloque total, controles policiales en las carreteras, buses y medidas serias de precaución.

En el momento que escribo esta historia, se reportan 12462 casos positivos del Covid-9, víctimas 827, curados 1045, pacientes en terapia intensiva 1028, ingresados con síntomas 5838 y 3724 en aislamiento domiciliar.

En estas horas, mientras escribo en compañía de una taza con café, se escuchan rumores de cerrar fábricas y disminuir la circulación de los medios públicos de transporte, restricciones extremas como única forma de aislar el virus, arrinconarlo y derrotarlo.

Confío que lo lograremos, no cometeremos el error de 700 ciudadanos italianos de origen del sur que escaparon de la lombardia, nosotros vamos quedarnos y cumplimos con las indicaciones, cooperamos con las instituciones, esta guerra la ganaremos unidos.

En el continente Americano, observo, que Cuba es el país más preparado de la región, haría bien el gobierno de El Salvador en solicitar ayuda de la ciencia Cubana, del personal médico altamente capacitado, espero que la población salvadoreña no cometa los errores de caer en el pánico y cooperen para evitar que se difunda el virus, no es necesario que se declare el primer caso de Covid-9, las medidas se toman antes  para estar preparados.

Jandres Js

Escritor y poeta salvadoreño residente en Italia

 

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