Al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, le interesa promover la importancia de su país en el tablero de la política trasnacional, la galbanizada alianza con China, reforzó la posición Rusa ante la actual encubierta guerra económica entre la Unión Europea, USA y Japón, por el otro lado, el BRICR, teniendo como puntas de lanzas, China y Rusia.
Luego del derrumbe del modelo de socialismo de Estado en la URSS, Rusia fue víctima de una fuerte depresión económica, social y política; las mafias Rusas colonizaron los mercados clandestinos, vendiendo armas, drogas, informaciones secretas provenientes de la ex-KGB.
En menos de 30 años, a pesar de las fuertes contradicciones; dos fenómenos logran imponerse ante el imaginario colectivo del pueblo Ruso, las fuerzas reformadas comunistas y la corriente de pensamiento, de la que es líder Putin, una derecha conservadora que gano fama con los triunfos diplomáticos y el brazo firme en la recuperación de Crimea.
Luego de la presente victoria de Putin, sus fuerzas se están concentrando en lograr consensos al interno del país; no está demás, la situación económica Rusa, no goza del crecimiento esperado, las nuevas alianzas con sus opositores lograría mantener dos perfiles, el interno y el externo.
En el terreno interno, el presidente Ruso sabe, que no podrá mejorar la economía sin un amplio acuerdo de nación, y en la política externa, Putin mantiene su carisma, incluso, en las corrientes de centros políticos, y la retórica de su arsenal atómico y la innovación de las súper armas, es un tema que le fascina a muchos y hacen de Rusia, un país que extiende la mano a sus adversarios, y al mismo tiempo, los amenaza con los planes de autodefensa y estrategia de ataque atómico.
