Por medio del Secretario de Comunicaciones de Casa Presidencial, el gobierno tomó distancia de las acusaciones que realizó la Fiscalía General de la República.

Mientras tanto, el exmandatario mantiene su posición y papel  de víctima ante las derechas Salvadoreñas, contemporáneamente, funcionarios del gobierno del fmln se deslizan del caso Funes para impedir que afecte la pre-campaña electoral.

El expresidente corre el riesgo de quedar solo en el proceso que abrió la Fiscalía General de la República, los primeros amigos cercanos de Funes están entrando al procedimiento de detención.

El caso de Funes es, por excelencia, político, no puede ser diferente, en vista que Funes fue funcionario del Estado Salvadoreño, más allá de la sospecha que sea una maniobra de venganza o distracción de las derechas, o la forma más efectiva del fiscal para que lo promuevan a la reelección; a pesar de todo eso, ya se abrió un proceso judicial que sepulta por completo la imagen del exmandatario, y salpica un grupo de personas presuntamente involucradas en los delitos que expresó el Fiscal General.

Al FMLN, pareciera que  le conviene, electoralmente separarse de Funes, el mismo comportamiento que desarrollo el Coena con Francisco Flores, al final, son los parientes de los involucrados y sus amigos los únicos que estarán a la par de los abogados defensores.

El fmln y el gobierno, están sumamente ocupados en seguir gobernando, que, para toda élite en el poder eso es lo primordial, el fmln está creando su marketing de campaña electoral, desvincularse de Funes es la mejor carta, por ahora.

Funes sigue atrincherado en su teléfono móvil en la comodidad de la residencia en Nicaragua, a lo mejor, esté pensando donde ir en caso que Daniel Ortega entregue el poder.

 

 

 

 

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